Autobiografía. Víctor Hugo Nevárez Contreras
Autobiografía. Víctor Hugo Nevárez Contreras
Cuando era niño me gustaba jugar en mi habitación a que yo era el profesor e imaginaba que daba clases, incluso mi mamá me hizo un pizarrón y lo pegamos en una puerta, donde yo escribía la tarea que me encargaban mi propio maestro, y mientras explicaba a mis alumnos imaginarios iba contestándola para que cuando mi papá llegara de trabajar en la tarde me la revisara (como si fuera mi director).
Crecí pensando en irme a la Normal del estado de Chihuahua en la capital de esta entidad federativa, pero cuando llegó el momento de sacar la ficha, por cuestiones emocionales y personales no quise ir, sin embargo, tenía otra opción: la Licenciatura en Educación en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) en donde hice el examen de admisión y logré ingresar en agosto del año 2013.
Durante los 4 años y 6 meses que estuve en la licenciatura tuve mucha experiencias que me motivaron a seguir y a planear cómo sería una vez que tuviera mi propio grupo. En el año 2016 tuve mi primer acercamiento cuando inicié mis prácticas educativas en las cuales me asignaron con una maestra en primer grado. Con ella adquirí mucha experiencia y de otra maestra del mismo grado tuve la oportunidad de aplicar varios instrumentos para la convencionalidad de la lectura y escritura, además de aspectos positivos para mi formación como docente frente a grupo, también hubo aspectos negativos que me ayudaron a formar un carácter más firme y gracias a la directora de la escuela aprendí a prevenir problemas que uno como hombre puede tener por malas interpretaciones de la comunidad escolar (no abrazar a los estudiantes, no hablarles bonito, pero tampoco ser grosero con ellos, no entrar al baño si hay niños, no quedarse sólo con pocos niños o niñas en el salón, etcétera) y todo esto lo tengo presente cada momento, se lo comento a otros compañeros para que prevengan en vez de lamentar.
En esta escuela estuve por dos ciclos escolares (2016-2017 y la mitad del ciclo escolar 2017-2018) dando acompañamiento como practicante a una maestra en primer grado y como ella pidió su cambio a otra escuela, hice otro acompañamiento, pero esta vez a una maestra con mayor experiencia, debido a sus años de servicio, que ahora estaría impartiendo clases a segundo grado. En diciembre del año 2017 con 16 meses siendo practicante me despedí de mi primer grupo en la escuela primaria Belisario Domínguez 2735.
En agosto del año 2018 fui a la asignación de plazas en la ciudad de Chihuahua, pero con la ilusión de conseguir en un lugar accesible, solo estaban ofertando plazas en la sierra, principalmente en Guadalupe y Calvo; conmigo se encontraban varios compañeros y compañeras que conocí en la licenciatura a quienes les propuse irnos juntos y aceptar una plaza, pero ellos desistieron y prefirieron renunciar para elegir un interinato de un ciclo escolar, decisión que yo también tomé por ignorancia y desconocimiento de a dónde iba a ir.
Comencé a trabajar en el subsistema federal con un contrato temporal de un ciclo escolar completo en la escuela primaria Jean Piaget con un grupo de sexto grado. Me presenté en la fase intensiva del Consejo Técnico Escolar (CTE) en un colectivo donde era el único hombre. Mi experiencia en este ciclo escolar (2018-2019) fue la más agradable que he tenido; con un colectivo en el que todos nos apoyábamos; con una organización buena; con un grupo problemático que logré controlar desde la primera semana de clases; con un grupo que era muy participativo en competencias, principalmente en los concursos y para mi fortuna, aprendí de todos ellos, ya que fui instructor y participe de la escolta, del grupo del himno nacional, del concurso de canto, atletismo, torneo de tochito, de “Don Quijote nos invita a leer”, símbolos patrios, olimpiada académica, entre otros donde mis estudiantes fueron ganadores en todas ocasiones a nivel zona, de lo cual me enorgullezco por ellos, ya que dieron su mejor esfuerzo y sin que lo supieran, obtuve una gran experiencia gracias a todos, tanto alumnos, alumnas y docentes que me apoyaron y me motivaron a dar un 200% a pesar de no ser una plaza definitiva.
El ciclo escolar terminó y mi interinato también, por lo que en septiembre de 2019 fui de nuevo a la asignación de plazas, sin embargo por las circunstancias de ese momento ajenas a mí ya no quería otro interinato y tenía la seguridad de irme a la sierra si fuera preciso hacerlo, pero después de varias vueltas a la asignación de plaza se liberaron lugares en las ciudades del estado, pero no pude elegir nuevamente la escuela Jean Piaget, debido a un error cometido por la persona en turno y mi pensamiento en ese entonces era “si no es la Jean Piaget, no es ninguna”, así que decidí una escuela del subsistema estatal: Rodolfo Fierro 2772.
Iba dispuesto a comenzar de nuevo, pero extrañando al colectivo del ciclo escolar pasado, a la comunidad escolar y la escuela en sí. Al momento de ir por mi carta de presentación en Ciudad Juárez, me comentan que la primaria que había elegido tenía poca población estudiantil, por lo que el grupo que se me asignó fue cerrado, así que tuve que seleccionar otra escuela, esta vez la primaria José María Morelos y Pavón 2285. Cabe aclarar que en estas dos primarias mi papá trabajó, así que conocía o tenía idea de cómo eran los estudiantes, los padres y madres de familia y la forma de trabajar de los directores, pero esa misma tarde que fui a conocer la escuela recibo una llamada y me dicen que se cometió un error y se me reasignó a otra institución: el Centro Escolar Revolución 2288.
Me presenté finalmente en la escuela que me dijeron y me encontré con personas que conocían a mi hermano, así que no me fue difícil crear un buen ambiente con las y los docentes, sin embargo, la organización escolar era totalmente distinta con la que me había acostumbrado en la Jean Piaget. Tuve un tercer grado, grupo que para mi forma de ser y de trabajar lo consideraba “chiple”, pero todo salió bien, incluso puse en práctica lo aprendido cuando estuve en el subsistema federal con los concursos que se llevan a cabo cada ciclo escolar y mis alumnos tenían la facilidad de ir a cada evento sin temor a perder.
En la segunda parte del ciclo escolar se nos informa que desgraciadamente debido a la pandemia actual, nos iríamos a trabajar a distancia, lo que resultó estresante para mí, en lo personal no me gusta estar en la casa y como docente la forma de llevar a cabo las clases era difícil, ya que las familias de mi grupo no tenían acceso a internet y quienes lo hacían, era de manera limitada. A final me despedí del colectivo y de mi grupo porque entraba al proceso de reubicación y tenía que elegir otra escuela.
En septiembre de 2020 me reubiqué a la escuela primaria Alfonso García Robles 2732 donde trabajo actualmente. Es una escuela chica en cuanto a infraestructura, pero con equipamiento suficiente para poder trabajar con comodidad. El primer ciclo escolar tuve nuevamente tercer grado, pero totalmente a distancia, haciendo videollamadas en la medida de lo posible y manteniendo contacto con la mayoría de los estudiantes, además tuve por varias semanas a ambos grupos de tercer grado porque no estaba el personal completo.
Al final del ciclo escolar elegí el mismo grupo para poder tenerlo en cuarto grado y es a quienes les imparto clases. En septiembre de 2021 regresamos de manera presencial, lo que resultó un alivio para mí, tanto que lo disfruté y aproveché en avanzar en lo posible con el grupo en cuanto a contenidos esenciales y en aquellos temas que tenían un rezago como la lectura y escritura en tres estudiantes, calculo mental, razonamiento matemático, ubicación espacial, desde la local hasta la continental, pensamiento histórico, entre otros.
Lamentablemente volvimos a trabajar a distancia en diciembre del mismo año y esperando que las clases presenciales sigan en pie para enero de 2022, mi trabajo lo considero bueno, con errores comunes que todo docente puede cometer al planear, al implementar estrategias, pero con la certeza de que todo es por el bien de mis estudiantes y como son mi prioridad, daré nuevamente mi 200% para que puedan aprender más de lo necesario.
Profe Victor, es una excelente Autobiografía... no cabe duda que cuando hay vocación y ganas los retos que se presentan son solamente un impulso para seguir adelante. Felicidades por dar lo mejor siempre!
ResponderBorrarProfe Víctor me pareció muy interesante como es que siempre tuvo clara su vocación, felicidades por siempre buscar mejorar como maestro.
ResponderBorrarUn placer leer la historia de maestros tan comprometidos como usted, felicidades por siempre buscar superarse.
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